Esta fin de semana asistimos a la primera semi-representación de “La increíble historia de Elzéar Duquette”. Digo “semi” porque el estreno con todas sus letras está previsto para febrero de 2022.
Lo de ahora, se trata de una primera píldora de lo que será esta función ya terminada.
Como en bastantes espectáculos desde hace tiempo, el escenario se viste con pocos elementos, los imprescindibles para la función correspondiente. Nada más. El “menos es más” está de moda y en esta representación no desluce en absoluto. No se necesitan más elementos que los que hay para contar y entender la historia de Elzéar Duquette. Richard Cenier se ocupa de ello.
¿De qué va ‘La increíble historia de Elzéar Duquette’?
Pero ¿quién es Elzéar Duquette? Le llamaban, el Rey de la caminata. Este peculiar personaje se pasó la vida andando de un sitio a otro. Ocho años caminó por el mundo tirando de su propio ataúd.
Su periplo es el que nos cuenta Davel Puente Hoces, director y actor de la Compañía Dondavel, con una actuación solvente y en la que despliega sus conocimientos en distintas artes, sobre todo las circenses.
Con una interpretación sobria, poco dada al exceso, hilvana la historia que quiere contarnos.
Sorprende que se hable con gran naturalidad sobre la muerte en una obra para niños mayores de ocho años. Quizá porque sirve para hablar sobre la vida, eso tan efímero que si no tenemos cuidado, se nos escapa sin haber hecho con ella, esas cosas con las que soñamos. Es un discurso esperanzador.
Especial mención merecen las marionetas que Davel usa para contarnos la historia. Son bellas, simples y brillantes. ¿Qué más se puede pedir?
Próxima cita, en febrero de 2022.