El western era, hasta hace unos años, un territorio en el que casi nadie se atrevía a aventurarse. Sin embargo, de un tiempo para este año, Estados Unidos ha conseguido resucitar, aunque sea un poco, uno de los géneros que más ha marcado la historia del cine. Y quizá, por azares del destino –o manos de directores sin temor alguno como Quentin Tarantino–, películas de corte más independiente están abriéndose paso en la cartelera este año. En este caso, primero fue la dulce sorpresa de ‘Bone Tomahawk’; y ahora, tras muchas dificultades, llega ‘Jane got a gun’, que se ha traducido como ‘La venganza de Jane’.
En la película, Jane Ballard es una mujer que vive con su hija y su marido, los cuales huyen de una banda de forajidos dispuestos a cazarlos hasta los confines del mundo. Es entonces cuando Jane, sola, busca ayuda para enfrentar a la banda de la que huye.
La película apunta maneras durante los primeros compases de la historia. Como western, además, otorgarle el protagonismo a una mujer de carácter fuerte –como sucede con el ‘Valor de ley’ de los hermanos Coen– confiere un punto de frescura al género. Sin embargo, lo que en un principio arranca bien empieza a hundirse durante el segundo arco. Es ahí cuando el guión empieza a recaer en el dramatismo y, con él, a los tópicos en los que, durante los primeros minutos, evitaba con sutileza.
Bien es cierto que la película funciona en términos de puesta en escena y que la acción está trabajada con mucho empaque. Sin embargo, son esos clichés mal construidos o muy vistos y esa lagrimilla fácil lo que impiden que ‘La Venganza de Jane’ pueda ser algo mejor que un western entretenido, pero fácilmente olvidable.
‘La venganza de Jane’ se estrena el 6.5.16.
Carlos Martínez.