El acercamiento de ‘Fuego en el mar’ no se puede tomar desde una perspectiva convencional. Gianfranco Rosi, el cual estuvo durante un año en la isla de Lampedusa podría haber rodado un documental de cine social lacrimógeno o frívolo. Por suerte, el cineasta italiano toma un enfoque totalmente naturalista sobre dos realidades muy distintas que suceden en un entorno tan pequeño como este lugar de paso por mar entre Italia y las costas africanas.
‘Fuego en el mar’ establece dos líneas paralelas que, como sucede en el día a día en Lampedusa, se acercan sin llegar a tocarse. Rosi, de hecho, concentra gran parte de la historia en narrar la vida de los lampedusianos. Es Samuele, de hecho, quien supone la columna vertebral de la estructura del documental, conduciendo al espectador a través de la vida y las costumbres heredadas generación tras generación de los habitantes de la isla. Ellos, sin embargo, viven totalmente ajenos a la realidad a excepción del médico, que acaba erigiéndose en el otro conductor de la historia, que es el de la realidad de los inmigrantes, y de los pocos eventos que escuchan en la radio y en la televisión. ¿Su respuesta? “Pobres”.
A pesar de lo que pueda parecer por el anterior párrafo, la intención de Rosi no es generar un documental social de denuncia fácil. En su lugar, decide alejarse de los meandros habituales de otras propuestas y decide establecer un discurso costumbrista. El objetivo, simple: para Rosi, lo importante son las vidas de todos los presentes en el documental sin tratar de criminalizar a nadie en su discurso, y sin tratar tampoco de hacer conexiones obvias, pese a que Fuego en el mar no consigue lo que se propone en más de una ocasión y flirtea con esos meandros de los que quiere alejarse.
‘Fuego en el mar’ se estrena el 14.10.16.
Carlos Martínez.