‘Fantasy Island’ es una película que anima a salir de la sala de cine pensando en qué ha ocurrido. Estrenada el 14 de febrero del 2020 y con un elenco de actores de vértigo, como son: Michael Peña, Lucy Hale, Maggie Q, Portia Doubleday, Jimmy Ouyang, Ryan Hansen y Austin Stowel. Combinación más que notable para hacer una película con semejante ritmo.
La trama del argumento se basa en un grupo de seis personas, que no se conocen entre ellos, y han ganado un fantástico fin de semana, totalmente gratuito, en ‘Fantasy Island’. La isla ofrece una fantasía por persona, eso hace que tengan que reencontrarse con sus fallos pasados y querer remediarlos, pero en la isla todo es posible.
Nada repetitiva y muy ágil, guión bien desarrollado y pocos fallos, añadiéndole varios giros a la trama que hace que no pierdas detalle y te preocupe parpadear por si te pierdes alguno. Mantiene la atención desde el primer segundo hasta el último.
‘Fantasy Island’
Suspense, tensión, emoción, nervios, sobresaltos y alguna que otra risa son los pilares que cimentan la estructura de la película. Todos tenemos algo que nos gustaría poder modificar de nuestro pasado, para ver cómo habría sido y qué habría pasado si nuestra decisión hubiese sido otra. Esto es justo de lo que trata esta obra, de cómo enfrentar los temores y superar dramas. Toda persona que vaya a ver esta película se va a sentir identificado con algo, pues hay personajes de todas las etnias, diferentes orientaciones sexuales, objetivos distintos en la vida y traumas diversos.
A menudo nos da miedo contar temores y reprimimos las emociones haciendo que no seamos lo suficientemente felices. ‘Fantasy Island’ es una oda a la vida, con sus cosas positivas y sus cosas negativas. Nos hace ver y sentir que siempre queremos más, que nunca estamos satisfechos con lo que tenemos. No importa cuál sea el desenlace, nos gusta ir más allá y pensar qué habría ocurrido si se hubiese escogido otro camino.
Sacrificio, moralidad e inconformismo son otros de los temas a abordar por parte del director, pues siempre que se nos ofrece algo gratis vamos sin pensárnoslo dos veces, somos así, caprichosos por naturaleza y, si además, se puede presumir de lo que se tiene delante del mundo, pues mejor que mejor. Y esto conlleva un precio que pagar.
Al salir de la sala de proyección lo primero que apetece es hablar de qué nos ha parecido el ‘film’, fui acompañado por un amigo y sus palabras la calificaron de: “paranoia”, “rara” y de “final muy guapo”, acabando con la conclusión de que merece la pena ver la película.
Y quiero terminar con una pregunta: ¿estamos poco acostumbrados a hablar de nuestros traumas y nos choca que nos hablen de ellos tan directamente en una sala de cine?.
Fran Rico.