‘Baby driver’ ofrece 2 horas de puro espectáculo cinematográfico. Ladrones de bancos, persecuciones trepidantes, tiroteos y, buena música. Todo ello mezclado con un interesante toque de comedia.
Edgar Wright escribe y dirige esta película, que desde su principio, arranca con fuerza. El guion está repleto de diálogos ingeniosos y la narrativa es sólida. Las escenas son vertiginosas desbordando dinamismo sin perder frescura hasta llegar a las 2 horas de metraje final.
‘Baby driver’ mezcla con acierto: acción, suspense, música y comedia negra. El oído y la vista convergen en uno solo gracias al firme pulso de Wright. Es una joya de película que llega sin hacer mucho ruido pero que se pone enseguida al servicio de la diversión del espectador.
Trata la historia de un joven prodigio al volante, con un problema auditivo sufrido tras un accidente de tráfico cuando era niño, lo que le hace aislarse de las personas. Deberá conducir coches destinados para realizar atracos y asaltos hasta terminar con una deuda que tiene pendiente con un importante criminal de la ciudad de Atlanta, Georgia. Pero su vida dará un giro cuando conoce a una joven camarera igual de apasionada por la música que él mientras le resulta difícil abandonar el mundo criminal.
El ritmo de la película es espectacular gracias a una muy buena combinación de los elementos de imagen y sonido. La sincronización de la fotografía y la banda sonora está muy cuidada.
Un lujoso reparto, Kevin Spacey, Jon Hamm, Jamie Foxx, Jon Bernthal, Eiza González, rodea los actores protagonistas Ansel Elgort y Lily James.
En resumen, a pesar de no ser una obra perfecta, ‘Baby driver’ consigue entretener como pocas películas lo han hecho este año con una gran factura técnica, buenos diálogos y originales golpes de humor, personajes pasados de rosca al borde de la caricatura y un continuo devenir de hits musicales de grandes artistas.
Su estreno en salas españolas llegará el 7 de julio 2017 de la mano de Sony Pictures Releasing de España.
Jaime Fernández Palacios.