«Media Vida», la novela de Care Santos, se ha alzado con la 73ª edición del Premio Nadal.
Este año en el Premio Nadal, han concurrido 303 novelas procedentes en su mayor parte de España, siendo Madrid y Barcelona las provincias con más participantes. También se han recibido numerosas novelas procedentes de otros países como como Argentina, Estados Unidos, Francia, Italia, Marruecos o Reino Unido, entre otros. El jurado está formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Clara Sánchez y Emili Rosales.
Un año más, las obras presentadas reflejan la riqueza de registros del género novelístico, que abarca desde el relato intimista hasta el noir, pasando por las propuestas de corte histórico o con acento social. Siempre con la exigencia literaria característica del premio.
La novela ganadora de 2016 fue «La víspera de casi todo», de Víctor del Árbol.
Ediciones Destino publicará «Media Vida» el 7 de febrero 2017 y Columna la edición en catalán el 8 del mismo mes.
«Media Vida»
En pleno verano del año 1950 cinco chicas adolescentes internas en un colegio de monjas juegan juntas por última vez a «Acción y Verdad» o, como ellas lo llaman, el juego de las prendas. Dos de ellas, las gemelas Viñó, están a punto de empezar una nueva vida, llena de interrogantes, lejos de allí. La ocasión es especial y lo saben, pero ninguna espera que esa noche se convierta en un punto de inflexión para alguien más y que sin siquiera imaginarlo acabe marcando su camino para siempre.
A través de las vidas de cinco amigas a lo largo de treinta años, «Media vida» retrata a una generación de mujeres que tuvieron que construir sus destinos en la España de la dictadura y la transición, en un momento en que la hipocresía de aquellos que querían mantener las formas a cualquier precio se enfrentó con nuevas miradas sobre la amistad, el amor y la libertad.
Un relato elocuente y vital sobre cómo nos afecta el paso del tiempo, sobre el peso de la culpa y la importancia del perdón.
El Premio Nadal
Verano de 1944. Tras el éxito de su novela Mariona Rebull, el escritor y director del semanario “Destino”, un treintañero Ignacio Agustí, se pregunta cuántos escritores están todavía por descubrir en la aletargada literatura española de posguerra. Con el propósito de “despertar docenas de novelistas dormidos en los rincones anónimos del país”, Agustí piensa en una réplica del premio Joan Crexells que instauró el Ateneo Barcelonés en 1928 con el propósito de revitalizar el género novelístico; plantea su idea a Josep Vergés y Joan Teixidor, socios del semanario y de Ediciones Destino.
Dotado con cinco mil pesetas -en aquella época de restricciones y racionamiento-, el galardón podría alumbrar bestsellers como Mariona Rebull. Las objeciones de Vergés, que considera elevada la dotación, contrastan con el entusiasmo de Teixidor: propone bautizar el premio con el nombre de Eugenio Nadal. Hermano de Santiago Nadal Gaya, Eugenio fue redactor jefe en los primeros números de Destino. Catedrático de literatura y autor del libro Ciudades en España acaba de fallecer de leucemia el 10 de abril de aquel año 1944 a punto de cumplir 28 años.
Agustí redacta las bases del Nadal siguiendo el patrón de los premios Crexells y Folguera que se otorgaban en Barcelona antes del 39. El jurado de la primera edición está formado por Ignacio Agustí Peypoch, Joan Teixidor Comes, Josep Vergés Matas, Pedro Pruna Ozerans y Rafael Vázquez Zamora. Al final, el pintor Pruna es sustituido por el crítico Juan Ramón Masoliver. La convocatoria del galardón, que se otorgará cada 6 de enero, aparece publicada en Destino el 12 de agosto de 1944. La elección de la festividad de Reyes, según palabras del propio Agustí, supone liberarse de la sobredosis de fiestas navideñas. El Nadal fue una buena idea en aquellos tiempos de férreo franquismo: al presentarse en sociedad la novela ganadora como un hecho consumado y contar con el eco inmediato de los medios de comunicación, se favorecía su publicación y mermaba las posibilidades de ser prohibida por la censura.
La recepción de originales para el Nadal sigue su curso. A Agustí le gusta mucho «El bosque de Ancines», de Carlos Martínez Barbeito. Juan Ramón Masoliver cree que es mejor «La terraza de los Palau» de César González Ruano y Josep Vergés se decanta por «En el pueblo hay caras nuevas», del escritor gallego Álvarez Blázquez.
El último día de plazo de admisión –se habían recibido veintiséis originales- las opiniones del jurado experimentan un sorprendente vuelco: aterriza en la redacción de Destino un sobre de correo urgente con un manuscrito. Desde las primeras líneas, Agustí queda tan impactado que las comparte en voz alta con sus compañeros. Luego se lleva la novela a casa. Veinticuatro horas después la tiene leída. Se titula «Nada» y la firma una joven desconocida, Carmen Laforet, veintitrés años: “El mundo que envolvía era inédito. Nadie había hecho una radiografía de los años medio vacíos, medio angustiados, extrañísimos de la posguerra como Carmen Laforet” afirma admirado.
En la noche del 6 de enero de 1945 durante la cena en el Café Suizo, los invitados degustan el menú, a base de crema de alcachofas, lenguado y becada, con peras a la cardinal de postre. El jurado delibera en el altillo. Quedan tres candidatas tras las dos primeras votaciones: Laforet, Ruano y Álvarez Blázquez. En la cuarta votación cae Ruano y en la quinta la disyuntiva es Laforet o Álvarez Blázquez. Al final de las votaciones, Nada se proclama vencedora del Nadal. Con la obra de Laforet, los Reyes acaban de traer el primer regalo a la literatura española.
En su primera edición, el Nadal ha alcanzado el objetivo: vivificar la novela española, desvelar jóvenes valores. Como subraya Miguel Delibes, la novela española comenzó a recuperarse gracias al premio de Ediciones Destino: Agustí, su fundador, será jurado hasta 1956; a partir de 1958, la fiesta literaria pasará a celebrarse en su actual emplazamiento del Hotel Ritz. La lista de autores ganadores puebla hoy los manuales de literatura española. Sólo en las primeras décadas, ya habían sido distinguidos, además de la citada Carmen Laforet, José María Gironella, Miguel Delibes, Luis Romero, Carmen Martín Gaite, Álvaro Cunqueiro, Rafael Sánchez Ferlosio o Ana María Matute.
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Foto: RTVE