Con la habitual y aparente facilidad para rodar una película, Ken Loach, estrena su último film: ‘Yo, Daniel Blake’.
Ganadora de la última Plama de Oro en Cannes, es una film en el que no veremos testosterona, mil coches volando, asesinatos, efectos especiales a mogollón que es a lo que nos tiene acostumbrado ese tipo de cine, que ha implantado su bandera en todo el mundo y nos impone cierto lenguaje audiovisual.
Pero los grandes directores de cine van a lo suyo, sin hacer caso ni a modas ni tendencias, que sería para ellos una prostitución artística que acabaría con ellos. Menciono todo esto porque cuando se va al cine, se tiene que saber lo que se va a ver, si no, sales decepcionado y no está la vida como para llevarse una decepción por ir al cine.
‘Yo, Daniel Blake’ es una película cruel porque cruel es la situación económica de las personas que no disponen de recursos y sobre todo por la pérdida de valores en la que vivimos. Es cruel porque el sistema nos manipula para que vivamos una vida dificil y complicada. Esto quiere contarnos Ken Loach. Lo jodido que lo tenemos cuando dependemos o símplemente queremos usar las administraciones públicas, sus contradicciones, y ya de paso decirnos que en otras partes del mundo no atan los perros con longaniza.
Quizás, pensándolo mal, podría resultar un panfleto de alerta sobre como está la situación en UK para todos aquellos que estén pensando ir, pues así reculen y se queden en su país. Pero la trayectoria fílmica Loachiana no van por esos derroteros, todo lo contrario.
Desde su comienzo, nos pone en una situación esclarecedora: dos voces en off mientras salen los títulos de crédito. Un ejemplo de sugerir y no mostrar, de querer y no poder, de impotencia que acompañará durante todo el film a los protagonistas. Dos personas normales que intentan formar parte del sistema y curiosamente, el sistema les rechaza. Todo esto narrado con la naturalidad y sencillez propia de Ken Loach, algo nada fácil.
No apta para los que de alguna manera no han sufrido necesidades alguna vez en su vida. No entenderán la escena de una madre con dos hijos en un centro social donde reparten comida y su desarrollo. Un escena realmente impactante y emocionante (no emocionante porque maten a 30 ninjas con un chandal amarillo, si no porque causa emoción).
Pues eso, Ken Loach. Sus seguidores (como un servidor) gozarán, los demás, mirarán la entrada para ver si se han equivocado de sala y de película.
‘Yo, Daniel Blake’ se estrena el 28.9.16
Octavio Lasheras