‘Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín’

Don Perlimplín ama a Belisa, Belisa ama a más hombres y Marcolfa que ama a Perlimplín no puede hacer otra cosa que observar cómo inmola su corazón… Una versión de la aleluya erótica de Lorca sobre las turbulentas relaciones humanas que, como en un cóctel molotov, mezclan la dependencia, el enamoramiento, la juventud, el sexo, la vejez y la subida al cielo, con la tensión de un arco y una flecha en estos tres personajes dentro de un jardín de desamor.

Lorca hizo de Perlimplín un héroe estilizado y trágico, desde ese personaje ridículo de las aleluyas, quiso sacarlo de esa farsa para dejarlo en un mundo de magia poética que sublima al amor con una muerte de regusto sagrado, a la que el autor llamará Aleluya Erótica, donde su Perlimplín es vencido en un ritual de sacrificio por enamorarse siendo viejo…

Todos son el anhelo y la fatalidad en un diálogo directo donde no sobra ni una palabra, que consigue envolver con una angustia limpia, el reconocido triángulo lorquiano: amor, muerte y eternidad.

Sobre ‘Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín’

Es casi recurrente ya, cuando voy a ver una obra de Lorca, me sucede siempre, pienso : «que este bien hecho por favor». Y esta versión de la epopeya erótica en cuatro cuadros, «Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín » protagonizada por Juan Fernández, Lucía Espín y Candela Cruz, en el teatro Alcázar de Madrid, no solo está bien hecha, sino que además, supera en gran medida cualquier expectativa previsible generada en un espectador acostumbrado a ver buen teatro.

Desde que uno entra al hermoso teatro y acepta la magia y el «cómo sí » que se genera… en todo el entorno, los sentidos vuelan y uno siente que se transporta y se vuelve niño.

La dirección de Triana Lorite merece destacarse profundamente porque creo que logra transmitir el espíritu y la atmósfera lorquiana en su totalidad. Toda esta atmósfera , hablo de música, entorno visual, luces increíbles, y una escenografía totalmente adaptada al trabajo escénico, nos trasladan al mágico mundo del Federico puro, el de granada, ese que estrena su obra en el año 1929, el verdadero. ¿Porqué digo esto? porque se ve claramente en esta casi fiel versión, que es muy difícil de encontrar, porque tuve la dicha de ver muchas versiones, que se ha respetado el espíritu del granadino. 

Sentimos a Juan Fernández en un Don Perlimplín ¿cómo decirlo? casi ideal , con una presencia escénica avalada por años de trayectoria en las tablas.

Podemos ver en Lucía Espín a una Marcolfa genuina… porque logra trasladar a la escena y a su personaje un linaje flamenco puro que lleva indudablemente en las entrañas. Su cantar en el final de la obra es de destacar. En referencia a Candela Cruz, que lleva la inmensa responsabilidad de encarnar a la Belisa enamoradiza, erótica y sensual, debo decir que lo logra con creces e inmediatamente. Su manejo del cuerpo y la sensualidad es perfecto. 

Desde un primer momento me pregunté por el personaje de la madre de Belisa ( que no aparece en esta versión) y casi de forma inmediata vi que la dirección lo había resuelto con un simple llamado telefónico. Lo mismo sucede con los dos duendes del segundo cuadro, solucionado con unas máscaras tipo comedia del arte de manera fantástica. Qué más puedo decirles señoras y señores para que comprendan que ir a ver esta versión del clásico lorquiano dirigida por Triana Lorite en el Alcázar (distribuida por Seda) es imprescindible y (pocas veces encontrado) un placer teatral. ¡gracias! 

Fechas:
1, 7 y 14 de octubre de 2024
5, 25 y 26 de noviembre de 2024
23 y 30 de diciembre de 2024
7, 21 y 28 de enero de 2025

Más información y entradas: Teatro Alcázar