“¿Qué valor tiene toda la cultura cuando la experiencia no nos conecta con ella?”
Walter Benjamin.
Denominamos Cultura Cívica a una rama de la Cultura popular que tiene que ver con nuestro comportamiento con la sociedad en la que habitamos.
Cada país, o mejor dicho, el conjunto de la sociedad de cada país tiene un comportamiento cívico diferente.
Si comparamos España con Japón, las conclusiones pueden dejarnos en muy mal lugar a la mayoría de los habitantes de la piel de toro.
En Japón los taxistas usan guantes blancos para conducir, visten de forma elegante y utilizan la luz roja para indicar que sus impecables vehículos están libres. Todo lo que sabemos de los taxis en Europa o Estados Unidos es diferente en el país nipón. Es muy improbable que un taxista haga una conducción brusca o temeraria. Sus palabras y gestos son siempre amables y corteses… y, por supuesto, no aceptan propinas.
A los occidentales les sorprende el riguroso orden que siguen los japoneses para acceder al autobús. Nadie hace una fila alternativa, no se coloca en las primeras posiciones. Colarse sin pagar es algo absolutamente impensable, al igual que no respetar el turno de llegada. Y, como es lógico, los asientos reservados para personas más vulnerables no se utilizan aunque el autobús vaya repleto.
El metro es, probablemente, el medio de transporte público más utilizado y masificado. Hasta el punto de que en los andenes hay empujadores oficiales de uniforme que colocan sus enguantadas manos sobre la espalda de los pasajeros para facilitar el acceso a los vagones, entre la 7 y 9 de la mañana y las 5 y 7 de la tarde. Además, Tokio cuenta desde 2001 con vagones exclusivos para mujeres, una medida muy bien valorada por los usuarios.
Las grandes cantidades de dinero se entregan y se reciben dentro de un sobre. Lógicamente en los establecimientos comerciales y en los lugares en los que no es necesario manejar grandes sumas de dinero esta medida no se aplica…pero existen unas bandejas en las que depositar el importe y recoger la vuelta, si procede. No es habitual entregar dinero directamente en la mano del receptor. Durante mi primera estancia en Japón tuve necesidad de utilizar una cabina telefónica, en la que la persona que la había usado con anterioridad había olvidado retirar las monedas sobrantes al concluir su llamada. Se lo hice notar a mi intérprete y su respuesta fue discreta y rotunda: “no son nuestras”.
Pero el país del Sol Naciente no se despertó un día con tan impresionante conciencia cívica. Toda esta cultura social es el resultado de la educación recibida desde niños, del aprecio por los valores, de la conciencia de que el territorio es pequeño y la organización cívica y social es imprescindible.
A veces echo de menos todo eso.
Ángel Arribas.
Foto: CC0 Creative Commons