El pasado 22 de febrero tuve el honor de ser invitada, en la SGAE, a la presentación del libro de Fernando Merinero, ‘Títeres y Cabezas’.
A Fernando Merinero siempre le atrajo el cine, ya que durante los años que estuvo ejerciendo su carrera profesional, como abogado, lo compaginó con el estudio académico de cine, interpretación actoral y un Máster de guion en la Universidad Autónoma de Madrid. Su constancia le llevo a estrenar “Los hijos del viento”, inspirada en sus visitas a la cárcel de mujeres de Yeserías (1995). La película, que fue su ópera prima, obtuvo una nominación en el Festival de Cannes, a la cámara de oro. Después de éste éxito, nuestro director, escritor y guionista, se animo a seguir por este camino del celuloide y llegaron otras historias, escritas y dirigidas por él, como, “La novia de Lázaro”, “Las huellas de Dylan” o “Un millón de amigos”, entre otras.
Pero no es de su virtuosismo dentro del cine de lo que quiero hablar aquí, si no de su primera novela, que es a lo que me llevo la tan agradecida invitación.
Presentación ‘Títeres y Cabezas’
Tengo que decir, que Fernando Merinero estuvo muy bien arropado en la presentación de su primera novela, porque a su derecha, en la mesa se sentaba el tan conocido actor argentino, de ascendencia catalana, Miguel Angel Solá. El actor hizo gala de su saber hacer y nos leyó la Obertura de la novela, para que los allí presentes, que no habíamos leído todavía la historia, fuéramos entrando en calor. Calor en el que enseguida entramos con la también escritora, investigadora y activista Consuelo García del Cid Guerra. García del Cid nos ofreció una visión muy particular y catalanista de la historia, debido a las veces que la palabra catalán aparece en el texto.
Las risas por éstas explicaciones, dieron paso a que Nicanor Gómez Villegas, escritor y doctor en historia antigua consiguiera, con sus palabras, que la novela diera un giro de 180º. Lo que hizo fue compararla, como no podía ser de otra manera, con la Eneida.
Por supuesto no me puedo olvidar de la presentadora en dicho acto, que no era otra, que mi querida Paloma Aznar (Vampirella), escritora, periodista, sexologa y amiga de hace muchos años. Años en los que reír o escribir, no era pecado, si no algo sano y nada censurable. Su presentación e intervenciones fueron impecables y aportaron más leña al fuego, si cabe.
Y a estas alturas, se preguntaran ustedes, que conclusión saque yo de toda esta presentación. Pues, honradamente, muy buena. Tan buena, que nada más llegar a mi casa, cené y me puse a leer. Poco a poco fui entendiendo de lo que se hablo en la presentación de la novela. La obra encierra una gran metáfora, por supuesto en clave de humor, y el que quiera ver lo contrario que se compre un Chupa Chup y deje el libro para que lo lea alguien más inteligente.
‘Títeres y Cabezas’
Necesitábamos un libro así, una catástrofe, una devastación total, ya nadie es quien fue, los territorios se convierten en otra cosa, una sola isla y la civilización de divide en seis civilizaciones, a saber: los coránicos, los esclavos, los currantes, las lesbianas, las madres, los chulos y un pequeño reducto de judíos, los únicos sin territorio propio.
Que más se puede pedir para sentarse a leer esta novela y no dejar de hacerlo hasta acabar con ella, a fuerza de risas, a ser posible con buena música y una copa de buen vino. «El caos, no es tal caos, la civilización vive en amor, respeto y ecología. Solo un desafortunado hecho hace que la calma se turbe, secuestran a Dulcinea» y hasta ahí puedo leer.
Ah, una aclaración, o dos: Dulcinea, no tiene nada que ver con Don Quijote, el nombre le gustó al autor.
Y quiero aclarar otra cosa. Cada civilización organiza su forma de vida con arreglo a sus propias normas, ideas y religiones, aunque para que todo siga bajo control crean un organismo llamado Alianza de Civilizaciones, algo así como la ONU, pero tampoco.
Vayan, compren el libro y pasen un buen rato.
Un placer Fernando Merinero haber podido asistir a tu presentación estelar. Por favor que continúe. Nos haces falta.
Paula Arjona.
Coan
25 febrero 2022 a las 16:33
Interesante